martes, 31 de agosto de 2021

Primeros gestos de postgraffiti en Resistencia (2004-2007)

El postgraffiti como movimiento artístico surge por primera vez en los ochenta, en Estados Unidos y en Europa, a la par del graffiti pero con menos relevancia. Sin embargo, al tratarse de una expresión informal y callejera que nace sin el fenómeno de internet, fue recién en el cambio de siglo cuando el movimiento adquiere reconocimiento mundial.

Esta transición entre los siglos, dio lugar a cambios radicales en las artes del Nordeste Argentino: nuevos lenguajes aparecieron en las artes de esta región a partir de diferentes procesos que afectaron la escena artística. Comenta Geat (2017) que las artes visuales del Nordeste Argentino de los últimos treinta años, condensaron propuestas heterogéneas, algunas de carácter efímero y precario, que desafiaron los procesos de patrimonialización de las instituciones artísticas. A su vez la autora afirma que al mismo tiempo promovieron la reflexión sobre los lugares de circulación del arte y cuestionaron los contenidos de las obras tradicionales. De esta manera, aparecieron por las paredes de la ciudad, múltiples pintadas callejeras, intervenciones, obras efímeras y graffiti que intentaron romper con el arte elitista, cerrado e intelectual que adoraba la crítica especializada de la época.

El espacio público fue el escenario principal que dio lugar a los cambios que plantearon los artistas contemporáneos. En Resistencia se identifican los primeros postgraffiti en el año 2004. Éstos se encontraban de manera esporádica, no así como los murales y las esculturas que se emplazaban masivamente en veredas y espacios comunes. A su vez tampoco existían trabajos teóricos que aborden estas prácticas, por lo que la gente podía observar pero rara vez entendían la propuesta artística.

Una de las obras más significativas del momento fue las “Bicicletas de Rosario” de Fernando Traverso, que hasta el momento se desconoce si fue el mismo artista quien las pintó en nuestra ciudad, o algún anónimo. Esta serie de stencils representan la ausencia de aquellos desaparecidos Rosarinos durante la última dictadura cívico militar de la Argentina. Como la obra fue tan aceptada por la crítica, generó un fenómeno social que reprodujo el estilo en varias ciudades, y entre ellas quedó marcada la ciudad de Resistencia. Las bicis se encontraban de tamaño natural, pintadas en negro o verde. Las más conocidas en el colegio Zorrilla y en el Museo de la Memoria, ambas frente a la plaza 25 de Mayo. Actualmente ya no están, pero si buscamos en google Streets todavía aparece la imagen de una de ellas.

Figura 1: bicicletas de Rosario, Museo de la Memoria. Foto Google Streets. 

Poco a poco la capital se pobló de producciones informales. “Artistas como Diego Figueroa, Alejandra Muñoz, Cristian ICE y el Grupo WE comenzaron a intervenir los muros de edificios públicos y casas particulares con stencils, sellos y postgraffiti dirigidos al transeúnte capitalino de las cuatro avenidas. Sus producciones trataban sobre cuestiones que iban desde los modos de ser-chaqueño, la salud de la población o el imaginario femenino sobre las estudiantes de los colegios católicos. Por medio de la ironía, la precariedad y lo efímero, los artistas se expresaron sobre cuestiones de la identidad resistenciana” (Geat, 2017, p. 5).

Así también lo registra el “Blog del Profe Marcelo” en el año 2007, con dos producciones ampliamente conocidas para los transeúntes que recorrieron el centro de la ciudad a pie. Se trataban de stencils ubicados en la esquina entre calles Arturo Illia, y Arbo y Blanco. Dichas producciones fueron esparcidas en varios muros de la capital, pero en la esquina antes mencionada es donde pudimos obtener un registro de las mismas. Uno de los stencils se titula “Pienso, luego Google” y el otro “Usá el Marote”. Ambos de autor desconocido hasta la fecha.

Figura 2: Usá el Marote, Stencil. Ilia y Arbo y Blanco. 

                                         Figura 3: Pienso luego Google, Stencil. Ilia y Arbo y Blanco. 

Usá el Marote es un stencil de la silueta de una cabeza, con la cavidad del cerebro transparente que nos permite ver el contenido de adentro. El cerebro es representado como una rueda dentada con una llave al costado, dando a entender que el acto de pensar es parte de un gran engranaje que funciona de manera continua e interconectada con otras partes. Abajo, la frase de la obra en imprenta mayúscula. La palabra Marote es un lunfardo argentino referido a la cabeza pero no como una parte del cuerpo sino remitiendo al pensamiento, a la mente. Esta obra aparece cuando internet llega de manera plena a la ciudad; si bien internet surge en 1995, es recién en 2005 cuando algunas personas más adineradas tienen acceso a la red en sus casas, pero destinaban este recurso a tareas laborales. Había que esperar hasta el 2007 para que la mayoría de los resistencianos pudiesen tener una computadora con internet en sus hogares. Esto produjo una transformación en la manera de pensar y reflexionar de las personas, encontrando todas las respuestas a un solo click. Y de alguna manera generó cuestionamientos dentro de la sociedad, como toda novedad que viene a reemplazar  algo viejo. Al observar Usá el Marote, entendemos que internet es un recurso, pero no reemplaza nuestro cerebro, nuestro criterio e identidad. “La web en sí misma es inútil. Son los millones de marotes los que cotidianamente resignifican internet; y más aún cuando esos marotes pensantes están interconectados y socializando lo que tienen dentro” (Blog del profe Marcelo, 2007).

La otra producción mantiene el estilo visual y la tipografía de Usá el Marote. Se lee con imprenta mayúscula “Pienso luego Google” y arriba los rostros de los Tres Chiflados (conocidos cómicos de la televisión estadounidense en los treinta). Nuevamente se plantea el surgimiento de internet y su relación con los ciudadanos. A su vez, toma la célebre frase de Descartes para ofrecer una nueva mirada hacia los tiempos contemporáneos. Ya no se trata de pensar para saber que existimos, sino de manifestarnos dentro de la red a través de múltiples motores de búsqueda y de redes sociales que nos dan la pauta que estamos aquí. Stencils que quizás hoy podrían resultar obsoletos pero que poseen valor documental porque expresaron el ideal de una sociedad en transición, que le decía adiós al modelo analógico y expresaba los miedos del porvenir.

Para ir finalizando con el escrito me interesa destacar otro de los primeros postgraffiti de la ciudad, que era un stencil con el rostro de Marilyn Monroe. La mayoría de las prácticas se daban dentro del casco céntrico de Resistencia, y en los barrios se limitaba a las pintadas o tags. Pero cuando tenía 9 años, jugando a la escondida (un juego muy popular dentro de Latinoamérica sobre todo en la niñez de los noventa) atravesé el patio de un vecino para esconderme detrás de un muro, y mis ojos captaron una imagen que pasó fugazmente mientras me escondía. Cuando vuelvo a mirar detenidamente, el rostro de Marilyn estaba ahí, oculto pero a la vez visible. No entendía por qué ese dibujo estaba allí, quien lo pintó, que significado tenía. Recuerdo que me gustó muchísimo por el efecto sorpresa que produjo en mí, porque sentía que la obra estaba “escondida” (como el juego que jugaba ese día) y yo la había encontrado al azar. Con el paso de los años me olvidé completamente de este episodio y hace poco tiempo, en una de mis exploraciones urbanas, reconocí la misma imagen, aunque prácticamente borrada por el paso del tiempo. Lo curioso es que mantenía el mismo estilo en la localización: ubicada en la parte transversal de un muro de ladrillos, anónima y un poco escondida. La imagen de abajo es la producción actual, que es idéntica a la que me encontré hace 17 años atrás.

Figura 4: Marilyn Monroe, Stencil. Obligado 920

                                                                Figura 4: Marilyn Monroe, Stencil. Obligado 920

Con estas producciones puedo identificar que además de utilizar el street art como medio para democratizar el arte, los artistas usaron el espacio público y el stencil (particularmente) como una forma de crítica social, ya que desarrollaban sus prácticas artísticas en un espacio común a todos, y expresaban ideas breves pero claras que mantenían el interés en los transeúntes. Estos efectos de sorpresa, de encontrarse con la obra en un lugar no convencional para el arte, de utilizar el anonimato, de tomar temas de actualidad, y de explorar el espacio público como escenario para el arte callejero, fueron los pilares que estas producciones tomaron para dar voz hacia un nuevo sector, alejado de la academia y del museo, y que dio origen al postgraffiti resistenciano.


 Idea y redacción:

Got Indiana


Bibliografía:

-   Ashley Dowd, Irene Cambra Badii. La ciudad como territorio de la memoria. Una visión a través del arte. (pp. 51-69). Recuperado de: https://www.aesthethika.org/La-ciudad-como-territorio-de-la

- El blog del Profe Marcelo. Recuperado de: http://elprofemarcelo.blogspot.com/2007/10/pienso-luego-luego-googgle-filosofa-y.html

Geat, A. (2017) POÉTICAS IDENTITARIAS E IMAGINARIOS SOCIALES. PRECARIEDAD, IRONÍA Y FUGACIDAD EN EL ARTE ARGENTINO CONTEMPORÁNEO.

Got, I (2020) “Nunca Sé” (2013-2018). Una aproximación a las relaciones entre street art y postgraffiti en el espacio público. UNNE.

Las bicicletas de rosario. Recuperado de: https://es.wikipedia.org/wiki/Las_bicicletas_de_Rosario#cite_note-:1-6

jueves, 5 de agosto de 2021

El cisne de cemento: de las formas clásicas y metafísicas al Kitsch y la cultura de masas.

Esta maceta de cisne decora el muro perimetral de la urbanización de la ciudad del Salvador.

RESUMEN

El cisne es una especie animal que no todos los argentinos han visto en carne y hueso, salvo los que han vivido en el campo, granjas o similares y compraron estos animales junto con los patos. Sin embargo, su imagen estilizada en elementos arquitectónicos decorativos aparece a menudo en jardines de casas tanto sencillas como ostentosas, en negocios o instituciones gubernamentales.

En Argentina, es muy reconocido como elemento ornamental para las personas que han transcurrido su vida entre la década de los 90 y los 2000, quizás en la casa de la abuela o directamente como motivo decorativo de espacios verdes. ¿Cómo y cuándo migraron estos pesados cisnes a la Argentina?



Los cisnes son aves acuáticas de la familia de los Anatidae, es decir, parecidos a los patos. Existen 10 especies de cisnes en el mundo, pero para el imaginario colectivo, ninguno más famoso que el cisne vulgar (Cygnus olor) que vive en Europa y el centro de Asia, de intenso color blanco y con su característica protuberancia en la base del pico llamada carúncula. Durante miles de años sus cualidades físicas y sus pautas de comportamiento han inspirado a múltiples culturas para desarrollar mitos y leyendas.

El cisne vulgar es una de las aves voladoras más grandes del mundo. Los machos tienen una envergadura de alas de un metro y medio y pesan 10 kilogramos y medio. Su color blanco le sirve para mimetizarse con la nieve. Su característico cuello está especializado para alcanzar plantas acuáticas del fondo de lagos, ríos y estuarios donde habita y se reproduce. Forman parejas de por vida, por lo que los pueblos nativos de Europa lo tenían como un símbolo del amor eterno, de la pureza, la transformación y la belleza. Hay quienes creen que cuando un cisne muere, la pareja sobreviviente deja de comer y no se aparta del cadáver de su compañero hasta morir también, pero esta creencia no es cierta.

En el Arte Occidental, el cisne ha estado presente en todos sus géneros desde hace varios cientos de años. En la Antigua Grecia aparece en su mitología como representación del mismo Zeus. En el mito de Leda y el cisne, Zeus seduce a una mortal tomando la forma del animal y este mito ha sido retomado por escultores y pintores como Da Vinci, Miguel Ángel, Rafael y Dalí.

El cisne sigue apareciendo en las artes a lo largo de la historia europea, pero su época de oro es, sin duda, el siglo XIX especialmente en la segunda mitad e inicios del XX. Para Goethe en el Fausto, el cisne muere cantando y canta muriendo. Wagner se inspira en la mitología alemana del Caballero del cisne para crear su ópera Lohengrin. El Lago de los Cisnes de Tchaikovski se inspira en la mitología celta para crear su trágica historia que luego es retomada en la película Black Swan de Darren Aronofsky. Y así, múltiples artistas han tomado al curioso animal como símbolo de sus producciones, siempre enlazándolo con atributos oníricos, de magia y misticismo.

En esta época surge el simbolismo y su sucesor, el modernismo, que fueron uno de los estilos más influyentes de finales de siglo XIX.

Esta maceta en forma de cisne decora la entrada a la cochera de una casa.

El simbolismo fue un movimiento principalmente literario fundado por su ideólogo, el poeta griego Jean Moreas, que buscó rechazar la creciente industrialización y el dominio del positivismo, el naturalismo y el racionalismo. Este movimiento puso el acento en la imaginación, buscando la evasión de una realidad desagradable y aburrida. Su sensibilidad se expresaba en la melancolía, la tristeza, la luz crepuscular, los colores apagados, la niebla y la sugestión. Moreas caracterizó el estilo como “en este arte, las escenas de la naturaleza, las acciones de los seres humanos y todo el resto de fenómenos existentes no serán nombrados para expresarse a sí mismos, serán más bien plataformas sensibles destinadas a mostrar sus afinidades esotéricas con los ideales primordiales” (Moreas, 1886).

Estas ideas tuvieron un enorme impacto entre jóvenes artistas que tomaron a la figura del cisne como una representación de lo metafísico que despedía melancolía, gracia y cierta divinidad. Los poetas franceses Stephane Mallarmé, Paul Verlaine y Arthur Rimbaud desarrollaron el estilo y adoraron los cisnes. De este movimiento surge el poeta Rubén Darío, el cual es, para algunos expertos, el más influyente poeta literario de habla hispana cuyos referentes principales en sus escritos fueron los cisnes como figuras melancólicas y elegantes. Darío los manifiesta como aves sacras de belleza inmaculada que posteriormente pasan a ser elementos significativos y simbólicos de su obra poética.

De esta manera se observa que el cisne como figura, tanto en la literatura como en las artes visuales, es representado como un pájaro inmaculado cuya blancura y poder lo definen como epifanía de la luz[1]. Esto encarna un misterio sagrado y un hermafroditismo, pues el cisne es masculino en la acción y en su cuello largo de aspecto fálico, pero también es femenino por su cuerpo redondeado, sedoso y pulcro. Esto lo convierte en una imagen que representa el deseo sexual y será definitorio para entender la función del cisne dentro del arte.  

Estas macetas de cemento decoran la entrada de una heladería.

Entre 1880 y 1900, Argentina gozó de un crecimiento de su economía producido por las inversiones provenientes del Estado Argentino y del Reino Unido, que fueron destinadas a mejorar las áreas ferroviarias, portuarias y los frigoríficos. Esto impulsó la concentración de las riquezas en la ciudad de Buenos Aires, la cual se convirtió en una urbe próspera y cosmopolita. Como consecuencia, emergió una clase social educada, la mayoría con origen y/o descendencia europea que miraban en el viejo continente un modelo para el futuro de Argentina, desdeñando todo lo local como una herencia del pasado colonial.

Europa representaba el ideal del arte y los artistas de la época, se prestaron a satisfacer esa necesidad de los nuevos millonarios que necesitaban expresar el escape de la realidad y abandonarse al ensueño. La nueva burguesía porteña importó obras de arte desde Europa y también artículos de lujo para uso diario o decorativo. 

Una característica de los estilos artísticos del pasado es que se veían reflejados en todos los géneros, incluyendo el arte aplicado. Astrid Bahamond describe la popularidad del cisne decorativo como el Mickey Mouse de la época: importado y popular. En forma de cisne se elaboraban joyas, piezas de vajilla, tinteros, muebles, floreros y unos maceteros muy similares a los de cemento que vemos en las casas antiguas. Un ejemplo de la importancia de los objetos con forma de cisne lo observamos en la película El Imperio del Sol (1987) cuando el protagonista, despojado de toda su vida aristocrática por el horror de la Segunda Guerra Mundial, reconoce en un estadio de fútbol donde los japoneses abandonaron los objetos de lujo de sus opositores, al auto que le pertenecía a los padres del niño. En esta escena, la principal simbología para reconocer el coche, es el ornamento de cromo en forma de cisne que llevaba el capó. De esta forma el protagonista reconoce, no sólo un bien material que le pertenecía a su familia, sino también la pérdida de la inocencia, las relaciones de poder de las clases sociales y como quedó para este joven, una época prácticamente de ensueño que le fue arrebatada y sepultada a temprana edad por la guerra. Todo esto gracias a la pequeña forma de un cisne de cromo.


Ornamento de cisne en la película El Imperio del Sol (1987)

Escena donde el protagonista de El Imperio del Sol (1987) reconoce el auto de sus padres.

Comenzando el siglo XX, después de la exitosa exposición de Paris en la cual se estrenó la Torre Eiffel, surgió un movimiento artístico, arquitectónico y decorativo llamado Modernismo, que se esparció por todo el occidente. El modernismo, denominado así en español, Art Nouveau en francés y Modern Style en inglés, se convirtió en una fuerte moda hasta antes del inicio de la Primera Guerra Mundial. La idea de sus creadores era la recuperación de los oficios tradicionales frente a la industrialización que amenazaba con hacerlos desaparecer. Se trataba de hacer regresar a la naturaleza en las ciudades industriales por medio de elementos decorativos de formas orgánicas y curvilíneas. Un bello ejemplo de la esencia del estilo, es la casa de Víctor Horta en Bruselas. El cisne adquiere notoriedad en el movimiento artístico, por ser una figura proveniente de la naturaleza, clasificada como elegante y curva, que seguía manteniendo su lugar en decoraciones de tapicería, cromos, floreros y lámparas.

El cisne siguió apareciendo a lo largo del siglo XX en el arte aplicado mundial y se fue convirtiendo en un elemento más de la cultura popular. Actualmente (2021) y para muchos contemporáneos, el cisne y su uso simbólico/decorativo fue siempre un sinónimo del mal gusto. De aquí deviene el asociar las macetas de cemento de cisne con lo Kitsch, un concepto alemán que los historiadores y críticos del arte han acuñado para diferenciar un objeto berreta de uno elegante. El Kitsch es un concepto estético que ironiza la relación del arte con el consumismo, denotando un mal social en el cual, remite al concepto de una estética de mal gusto, pero lucrativa.

En el mismo debate pueden entrar los flamencos de cemento, los angelitos de la primera comunión, los adornos plásticos imitando esculturas clásicas, los enanos de jardín, bajo este viejo rótulo del almacén. La maceta de cisne de concreto que todos conocemos o hemos visto alguna vez, simula ser una escultura pero la delata su material degradado y netamente práctico, el cemento, el cual la sustrae al ámbito artístico para revelarla como parte de una producción en serie de corte industrial. Y es aquí donde la maceta de cisne se vuelve Kitsch, ya que se conforma con un contenido pobre hasta llegar incluso a rozar lo vulgar o escaso, y esto precisamente, hace que sea aceptada por muchos seguidores, con la aspiración de ascender de categoría en algún momento.

Ya en la primera década del siglo XX, el Kitsch se convierte en un término internacional que implica la noción de inadecuación estética, sentimentalismo y consumo masivo. Este arte busca la aceptación comercial y estética de un público amplio, razón por la que, hasta fechas recientes, ha sido intensamente cuestionado por la crítica pero ampliamente popularizado por la cultura de masas.

El cisne como parte de columnas decorativas para balcones.

A diferencia del cisne modernista que podía pensarse como un símbolo de pureza y que daba cuenta de cierta poesía abstraída del mundo cotidiano, el cisne de los 90 y los 2000 condensa en sí mismo un mundo cotidiano porque pertenece a un ámbito doméstico de extracción popular. La maceta con forma de cisne es la exacerbación de lo artificial y lo desmesurado, es la consumación del Kitsch como representación. Teniendo en cuenta que el Kitsch es una imitación estilística de formas de un pasado histórico prestigioso o de formas y productos característicos de la alta cultura moderna, ya socialmente aceptados y estéticamente consumidos, podríamos considerar la maceta de cemento con forma de cisne como la consolidación del movimiento estético.

Este cisne ornamental yace en una chatarrería de una comunidad de la colonia de Escalón.

El cisne llegó para quedarse. Para cada persona representa lo que cada quien desee, pero siempre tendrá un toque de ensueño, de irrealidad inalcanzable. Es curioso deambular por la ciudades de Argentina y ver, entre vegetaciones silvestres, decoraciones extrañas y casas precarizadas, algún que otro cisne de cemento prácticamente abandonado. Todavía deben quedar algunos ejemplares en las casas de las abuelas que consideran bello este ornamento, junto con algún enano de jardín, o angelitos de yeso en el living. Decimos abuelas porque no nos imaginamos una persona de 30 años con una maceta de cisne en su departamento, pero todo puede suceder.

Un cisne que decoraba el frente de una carroza de carnaval, ahora descansa en un basural. 

En esta última imagen, observamos los despojos de una carroza de las fiestas patronales de Jujuy, en la cual se pasearon las candidatas a reinas de los festejos. Podemos identificar los pensamientos del diseñador sobre cómo representar el sueño hecho realidad de aquellas mujeres saliendo de la niñez hacia la adultez, endulzadas por medio de un baile con características lúdicas. Denota cierta melancolía, tanto el rito de la adultez, como el de la figura ensoñadora de un cisne en una chatarrería, abandonado y condenado al olvido. Pero aún queda en el imaginario colectivo, la idea del cisne como una figura mística y un tanto excéntrica, que representa la nostalgia de esos años que ya no volverán. 


IDEA Y REDACCIÓN

Got Indiana


BIBLIOGRAFIA

-          Cuello Privitera, T. B. (2017). El símbolo del cisne en Rubén Darío. Revista de Literaturas Modernas, 47(1). Recuperado de: https://bdigital.uncu.edu.ar/objetos_digitales/12344/09rlm.pdf

-          Nota original de Mauro Arias en ElFaro.net / Publicado el 18 de Junio de 2012. Recuperado de: https://www.elfaro.net/es/201206/fotos/8805/El-cisne-en-tu-jard%C3%ADn-lleg%C3%B3-de-Europa.htm?tpl=12

-          Panamá, A. B. (2011). Procesos del arte en El Salvador. Edición conmemorativa del Bicentenario del Primer Grito de la Independencia. El Salvador.

-          Vanguardia y Kitsch, Clement Greenberg. (Extraído de “Arte y Cultura”: Ensayos Críticos. Ed. Paidós España, 2002). Recuperado de: http://artecontempo.blogspot.com/2005/05/vanguardia-y-kitsch.html

 

FUENTES DE INFORMACIÓN

-          Cisne Mudo (Cygnus olor). Recuperado de: https://www.argentinat.org/taxa/6921-Cygnus-olor

-          El simbolismo, el arte como sueño. Recuperado de: https://masdearte.com/movimientos/simbolismo/

-          Jean Moreas, Le Manifeste du Symbolisme, Le Figaro, 1886

-          Movimientos - Modernismo. Recuperado de: https://masdearte.com/movimientos/modernismo

-          Película El Imperio del Sol (1987) de Steven Spielberg

- Republica Conservadora (Argentina). Recuperado de:  https://es.wikipedia.org/wiki/Rep%C3%BAblica_Conservadora_(Argentina)


jueves, 24 de septiembre de 2020

Nuevas representaciones en el espacio público

     Debido a la fragmentación de las disciplinas tradicionales del arte durante el siglo XX, se genera una crisis en las representaciones clásicas y típicas de la época. Por lo tanto, observamos nuevas formas de hacer arte, que también demandan nuevas formas de receptividad. Todo este conjunto de neo-arte, conlleva a un cambio de paradigmas y un renombramiento de las categorías estéticas establecidas.

    Partiendo de aquí, surge el arte urbano como una disrupción del arte tradicional, que inicialmente se aleja de las convenciones del espacio expositivo museal.

Stencil anónimo - Av. San Martin 247. Resistencia, Chaco

    El arte urbano instala obras efímeras en la calle, muchas veces anónimas, que forman parte del paisaje urbano. Piezas que juegan con la arquitectura, los mobiliarios de la ciudad, las baldosas de las veredas y la vegetación circundante. Esta nueva forma de representar (digo nueva porque recientemente es aceptada por el sistema del arte como una expresión artística mas) no solo plantea cuestiones sociales, económicas y políticas, sino también imágenes que dialogan con el ocio, el entretenimiento y la decoración.

Graffiti anónimo - Resistencia, Chaco.

   No todo el arte es revolucionario o necesariamente tenga que develar una verdad profunda y encriptada, basta con observar el arte de Oak Oak para entender esta cuestión. Y es por esto que el arte urbano es tan interesante y a la vez, tan atrapante para los transeúntes agitados de la urbe. Es una forma artística de expresar diferentes emociones a través de un lenguaje común a todos: el lenguaje visual reconocible. Rara vez observamos arte urbano abstracto, más bien se nos presentan guiños de la cultura popular contemporánea, frases alteradas de la publicidad y figuras humanas que representan actos cotidianos. Esta multiplicidad de imágenes aparece en conjunto con la saturación publicitaria de carteles y cualquier forma visual posible, los stands de comida, los comercios y sus diseños coloridos, las señales de tránsito, los mantos de residuos y las personas abarrotadas que transcurren de un lugar a otro.  

   Este espacio y no otro, es donde el arte urbano discurre; donde florece junto con los graffitis y el muralismo, donde impone su presencia desde la pasividad y el escondite. Un arte de reflexión pero sobre todo de juego, que resulta del escape de las artes hacia otros espacios expositivos, mas abiertos, fragmentados y heterogéneos. 


Postgraffiti de Hola & Chau - Domo del Centenario. Resistencia, Chaco.

Idea y redacción: Got Indiana

Bibliografía: Fajardo Fajardo, C. (2010). Nuevas representaciones artísticas, otros receptores. Aisthesis, (47), 284-295.

martes, 30 de junio de 2020

Arte urbano, mosaiquismo y mural ¿porque los confunden?

Investigando sobre arte contemporáneo, me encontré con una discusión tanto académica como popular donde son varias las personas que confunden el arte urbano con el mosaiquismo o el mural. Y es que éstas expresiones, lejos de ser delimitadas y definidas, resultan ambiguas entre sí. 
Una de las razones de su confusión, se debe al tipo de lectura que realizamos como espectadores (observamos estas producciones al estilo pictórico). Además, las progresivas evoluciones de cada movimiento artístico llegan a combinar mucho mas los elementos formales de las piezas con el entorno urbano.
Dichas expresiones desarrolladas en la actualidad, distan de limitaciones teóricas cerradas, invitando a los transeúntes y espectadores, a reflexionar sobre el nuevo panorama artístico. 
Mural: El mural es una técnica pictórica que data de los inicios de la humanidad con las pinturas rupestres. Consiste en plasmar una producción figurativa/abstracta directamente sobre el muro o la pared. El mural tiene una vinculación meramente sustancial con el entorno, esto quiere decir que las superficies a utilizar son uniformes, lisas y no generan un diálogo con la obra. Pero además, las piezas presentan límites temáticos debido a su comunicación directa con el espectador del tipo monólogo. Los murales tienden a dar información directa, sin abrir posibilidades hacia interpretaciones menos dirigidas. 

Esgrafiado de Lou Manche (1959) 

Como el mural existió en toda la historia del arte, el mismo fue mutando hacia diferentes expresiones. Es en esta búsqueda donde surge el arte urbano en la década de los setenta. Los artistas deciden incursionar sobre materiales y técnicas novedosas, como el stencil o el póster, ampliando sus capacidades creativas. En estas prácticas, cobra importancia el lugar donde se encuentra la obra, siendo incluso el mismo entorno urbano, un generador de significación. Las producciones callejeras se transforman en apariciones que el espectador encuentra. La calle se convierte en un terreno de juego iconográfico, para que el transeúnte explore los diversos espacios urbanos, en busca de más piezas.

Ernest Pignon en Napoles (1978)

Y ésta búsqueda puede producir cierta dislocación incluso cuando aparece una pieza cubierta de mosaicos. Otra vez necesitamos de nuestras competencias para descifrar qué tipo de arte estamos observando. 
Mosaiquismo: El mosaiquismo es una técnica milenaria, que consiste en cubrir una superficie a través de mosaicos adheridos por un pegamento especial. Esta unión de pequeños fragmentos, produce formas abstractas o figurativas que pueden adquirir un carácter monumental. Como es una técnica costosa y elaborada, la mayoría de las veces se trata de arte por encargo. Aquí el mosaiquismo se convierte en una decoración de la pared y pierde su papel transformador. Son producciones que caen peligrosamente en el ornamento y en la mera belleza como producto final. Pero no dejan de sorprendernos por su prolijidad y desarrollo. 

El nacimiento de Resistencia, Willy Rodriguez (2018). Calle San Lorenzo 20. Resistencia, Chaco

Si tuviésemos que decidir sobre qué tipo de arte es el que produce nuevos caminos reflexivos, contradictorios y quizás revolucionarios, podríamos quedarnos con el arte urbano. 
En su momento de la historia, fue el mural el que contó la vida y obra de los pueblos originarios, las acciones políticas memorables y los acontecimientos sociales célebres, pero como bien se ha estudiado hasta el momento, el mural tradicional no plantea un diálogo con el espectador, sino un mensaje directo, claro y concluyente. Por otro lado, el mosaiquismo refleja frecuentemente la misma función social del mural, pero con recursos decorativos que tienden a desviar el goce estético de la obra. 
Es el arte urbano el que propone, desde sus estilos callejeros propios, una impronta marginal con materiales degradables que abren paso a un camino alternativo a la historia oficial.

Redacción e idea: Indiana Got

miércoles, 1 de abril de 2020

Graffiti, un reflejo de la sociedad

Mucho se ha escrito sobre esta antigua práctica. Poco queda por innovar, en el sentido puro del movimiento.
El graffiti como expresión callejera que se limita a los tags, firmas y letras, es una práctica que se remonta a los hombres de las cavernas. Ellos, lejos de hablar y mantener un lenguaje como el que conocemos, expresaban sus sentimientos y vivencias por medio de dibujos en la piedra. Si bien esta actividad no es considerada como parte del graffiti actual, es de aquí donde surge la necesidad de manifestar nuestra existencia en las paredes. Es además, la forma mas antigua de hacernos existir, de saber que estamos aquí, pero también de inmortalizar un momento para la posteridad. El hombre por primera vez, es consciente de su finitud.

Graffiti ubicado en Av. Sarmiento y Laprida (Resistencia-Chaco)

Con el pasar de los milenios, el hombre fue mutando y adoptó diferentes estilos al marcar las paredes. Surgieron las pinturas, los frescos y murales, los cuales fueron adoptados por la institución para su perfección. Pero como bien sabemos a lo largo de la historia, siempre existieron manifestaciones que se ejercieron a la par de la academia pero en circuitos "marginales". Personas que por diferentes motivos, decidieron alejarse de la impronta hegemónica y discutir los mandatos propuestos, pero en otros espacios, con otros lenguajes y bajo códigos propios.
De aquí nace el graffiti contemporáneo. Una expresión inicialmente característica de la cultura punk y del hip hop, con sus raíces en New York. El graffiti vino a demostrar que cualquiera podía dejar una marca en la ciudad, apropiarse de ella y hacer arte. El devenir de estas prácticas trajo consigo una incansable discusión académica sobre su condición ontológica artística, es decir, si realmente el graffiti es o no arte y porqué lo es.
Pero mas allá de posicionarme sobre las características del graffiti o su consecuente evolución, hoy mi mirada está puesta sobre un recurso de este movimiento. Lo que en simples palabras nombro: la reafirmación del ego. A mirar el graffiti como una exacerbación del individualismo, que tanto nos han remarcado las publicidades y el consumo capitalista a lo largo de estas últimas décadas.

Pared repleta de graffitis y otras expresiones de street art, lugar y fecha desconocido.

Siempre dicen que el arte es un reflejo del alma, de lo que vemos y sentimos. Un espejo de nuestro interior. ¿Podría ser entonces el graffiti un modelo de la sociedad actual? Suena pretenciosa la pregunta, pero no deja de inquietarme la relación del arte con la época que se encuentra inserto. 
Así como el cavernícola plasmaba en las rocas, las imágenes de los animales que cazaba, sus temores y las tempestades climáticas, lo mismo ocurre con el grafitero que "escribe" incansablemente su firma por múltiples soportes del espacio urbano. El escritor (llamado así por la comunidad grafitera) repite su firma al estilo de un logotipo comercial. Es su marca, la insignia que consolida su individualidad en una ciudad que tiende a diluirla.

Graffitis ubicados en calle Rodriguez Peña 739 (Resistencia-Chaco).

Por medio del mecanismo de la repetición, el escritor esparce su firma hasta lugares que parecen imposibles de acceder. Varían los colores, el tamaño de la firma o el estilo en la ubicación, pero la producción siempre es la misma, su seudónimo. En esto consiste el juego del graffiti: una propagación masiva de la firma, en el espacio público, sin tener en cuenta el soporte elegido, es decir que no se establece un diálogo con las superficies utilizadas. Un mecanismo muy similar al de la publicidad, que tiende a extender su mensaje a lo largo y ancho de la urbe. 
Poco importa, en estos tiempos, la densidad con la que los carteles publicitarios dominan nuestros espacios. Algunas personas ni siquiera notan esta dominación, pero se sienten indignadas cuando observan una pared repleta de tags.


Publicidad en el Time Square (New York).

Callejón en Berlín cubierto de graffitis (Alemania)

—Es basura —dicen algunos.

—degrada la arquitectura —afirman otros.

La pregunta es ¿Se refieren al graffiti o a la publicidad? 

¿Por qué nos aqueja un muro abandonado con firmas de diversos estilos y no un banner de McDonald's del tamaño de una vivienda? 
¿Somos críticos realmente con lo que nos rodea? 
¿No es acaso el graffiti un reflejo de lo que los artistas observan diariamente por las calles?



Redacción e idea: Indiana Got

Fotografías cortesía de:
-Franco Da Dalt
-Imágenes tomadas de Google

Bibliografía consultada:
-Rodríguez, M. R., Rodríguez, L. V., de los Ángeles Celis, M. A., & García, H. A. R. (2017). El grafiti como artefacto comunicador de las ciudades: una revisión de literatura. Encuentros, 15(1), 77-89.

miércoles, 26 de febrero de 2020

Hola & Chau, una expresión colorida y alegre

"El espacio público se ha convertido en una representación constante.
Es un escenario social donde lo real fue sustituido por una versión teatralizada, donde las experiencias verdaderas han sido extraídas del mundo real y convertidas en mercancía. 

En este contexto es donde el postgrafiti expresa un rechazo a la comercialización del arte. Toda forma de arte público independiente se convierte en una respuesta al espectáculo".

Guy Debord, La sociedad del espectáculo, 1967. 


Tras la positiva repercusión que trajo la nota de Marquitos Corvalán, recibimos mensajes sobre posibles artistas para entrevistar. De esta forma nos encontramos con Hola & Chau, un joven artista plástico que hace 6 años pinta de manera espontánea y libre, dejándose llevar por sus ideas y amplia paleta de colores. 
Comenzó con dibujos en papel, pinturas sobre lienzo y trazos con birome. Pero estos soportes le parecieron limitados para expresar su interior, por lo que optó por trasladar sus prácticas hacia los muros y paredes de la ciudad. Sorprendentemente, de eso ya hacen 3 años. Si, Hola & Chau es una sola persona, que crea y embellece los espacios públicos de Resistencia con contenidos disfrutables para todos. 
Con una impronta del arte psicodélico, el artista recurre a la figuración para deformar aspectos de la realidad y tornar visibles las partes mas recónditas de la imaginación. Una obra caracterizada por colores vibrantes, líneas marcadas y la mezcla de elementos inconexos, que despliegan en cada muro, el imaginario de un joven apasionado por el arte público. 

 Expresiones en San Lorenzo y Rodriguez Peña. Resistencia, Chaco.

 Postgraffitis en San Lorenzo y Rodriguez Peña. Resistencia, Chaco.

En una entrevista con el artista, nos comentó que "es un tanto complicado ser constante por el hecho de que las pinturas o materiales que uso están cada vez más caros y hay que buscarle la vuelta cuando uno quiere hacerlo independientemente." esto nos deja en una reflexión acerca de los financiamientos que necesitan los jóvenes para emprender estas prácticas públicas, las cuales son generales a todos los ciudadanos y promueven el embellecimiento de espacios comunes. 
Además afirma "Me gusta tapar las propagandas políticas en las calles porque creo que es contaminación visual que la gente consume todos los días cuando transita por la ciudad." dándonos a entender  que su actitud consiste en un acto político de por sí, en tanto que rechaza el sistema del arte tradicional e impulsa a una democratización de la expresión pública. Pero mas allá de los contenidos que pudiesen tener sus obras, recordemos que la actuación independiente en la calle y el gesto de tapar mensajes de otros, es un acto político. El artista por medio de sus obras, interviene en los asuntos públicos con su acción y cuando algo se instala ilegalmente en el espacio público, el mismo hecho lo hace político. 

Postgraffiti en Rodríguez Peña, frente a las vías del ferrocarril. 

Por último, mencionamos algunas ubicaciones de las obras para que tanto los resistencianos como los turistas puedan recorrer la ciudad encontrando las piezas restantes:
- Domo del Centenario, ubicado en el Parque Intercultural 2 de Febrero, arriba de unas oficinas que se encuentran próximas a la costanera.
- En la plaza 12 de Octubre, sobre las paredes de los baños públicos, también encontramos mas obras del artista. 

Expresiones en San Lorenzo y Rodriguez Peña

Postgraffiti sin localización, 2019. 

Redacción e idea: Indiana Got

Fotografías cortesía de:
- Franco Da Dalt
- Hola & Chau, en su pagina de Facebook. 

Bibliografía consultada:
- Debord, G. (1995). La sociedad del espectáculo. Buenos Aires: La marca.
- Abarca Sanchís, F. J. (2010). El postgraffiti, su escenario y sus raíces: graffiti, punk, skate y contrapublicidad (Doctoral dissertation, Universidad Complutense de Madrid, Servicio de Publicaciones).

miércoles, 19 de febrero de 2020

Marcos Corvalán, representante del postgraffiti local

Hoy hablaremos sobre un artista regional que hace años viene ganando terreno en el campo plástico y sobre todo, urbano.
Marcos Corvalán, oriundo de Resistencia, es un artista de 32 años que desde muy joven, inició sus practicas artísticas. Comentan en una nota del Diario Norte que "su carrera empezó como autodidacta, en las paredes de su barrio en donde vestía los muros grises y le daba un poco de color aunque después fuesen tapados. El artista afirma: Comencé pintando muros de iglesias a modo de rebeldía. Fui toda la vida a colegios católicos y nunca me enseñaron temas de la inquisición, por lo que pintaba sobre eso, pero después me fui dando cuenta que no era el camino que quería transitar para dejar mi arte en Resistencia". (Martes 18 de Febrero, 2020).

Arte por encargo, en avenida Belgrano al 100.

Luego de abandonar prácticamente las pintadas sobre iglesias, Marcos optó por un arte mas inclusivo, diferente y atrapante, que pudiese dialogar con los espacios públicos. El pintor es considerado actualmente, como uno de los representantes del movimiento "arte urbano" (llamado así erróneamente por muchos medios de comunicación, la prensa e internet) dentro de la ciudad. Si bien conocemos otros artistas como Ice o Milo Locket que intervienen las paredes del espacio público, es el caso puntual de Corvalán el que nos interesa, porque plantea en sus producciones la esencia misma de una vertiente urbana contemporánea: el postgraffiti.
Definido por Javier Abarca (2010) como "El comportamiento artístico no comercial por el cual el artista propaga sin permiso en el espacio público muestras de su producción, utilizando un lenguaje visual inteligible para el público general, y repitiendo un motivo gráfico constante o bien un estilo gráfico reconocible, de forma que el espectador puede percibir cada aparición como parte de un continuo. (p. 385). Consideramos que la definición del autor es una de las mas completas al describir de forma integral una vertiente del street art. Hemos leído en diversas notas de diarios regionales sobre el artista, que encasillan su producción dentro del mural o incluso el graffiti. Otros directamente lo ubican en el difuso termino de "arte urbano", dejando mas dudas que repuestas. Y creemos pertinente desarrollar esta diferenciación, porque en una entrevista visual que observamos en Youtube, el propio Corvalán define "Muchos dicen que el arte urbano existió siempre, que los murales son arte urbano, pero lo que yo hago lo separo, para mi el arte urbano es esa expresión rápida y sin permiso, que no importa si alguien te paga o no, es una forma de arte nueva, distinta a la que dicen todos". Y aquí podemos dilucidar que, aunque el artista no esté formado académicamente, reconoce las diferencias entre un mural o el propio graffiti, avalando implícitamente, la categoría de Abarca.
Creemos que el buen postgraffiti, integrado de forma correcta, mejora la ciudad con estímulos visuales y un flujo de ideas. El mismo dialoga con el espacio circundante y propone una liberación respecto de los compromisos del arte profesional. En palabras de Corvalán "un arte alejado de la academia, que todos puedan entender y disfrutar".
A lo largo de los años, el artista regional ha dejado numerosas muestras de su arte por diferentes puntos de Resistencia. Siempre recurriendo a la gráfica y la técnica realista, destacando influencias del Surrealismo. Un artista prolífico, detallista y constante, que nunca ha bajado los brazos pese a que la mayoría de sus piezas antiguas en espacios comunes, hoy ya no existen. 
Desde lugares abandonados, hasta fachadas de inmuebles privados, Corvalán decanta por la utilización del espacio publico como soporte para explayar sus piezas surrealistas y coloridas. Un espacio que, como sabemos, fue declarado Capital Nacional de las Esculturas por el Congreso de la Nación en octubre de 2006. De esta forma mostramos como la ciudad, es poblada por actividades culturales tanto institucionales como al margen de la misma. Un espacio que es enriquecido por las practicas contemporáneas, invitando a los espectadores al deleite y la reflexión. 

Postgraffiti en López y Planes 390

Postgraffiti en avenida Italia esquina Gabardini. Fotografía de: Jorge Flores

Postgraffiti en avenida Sarmiento, debajo del puente Sarmiento, cerca del Shopping. Fotografía de: Jorge Flores

Como dijimos antes, lejos de degradar el ambiente, el artista propone embellecer los espacios comunes con arte público independiente. Corvalán utiliza la figuración y rara vez opta por la vertiente abstracta, por lo que sus obras son reconocibles para la mayoría de los espectadores. Otra de sus particularidades, es la apropiación de personajes de la cultura popular, la televisión, el cine o el cómic. Hemos visto varias representaciones de Los Simpson o imágenes de la iconografía religiosa, mostrando el interés del artista por este tipo de temas. La actitud de apropiarse de elementos ya existentes dentro del imaginario popular, es una postura típica de los artistas de postgraffiti, 


postgraffiti al costado del colegio Nacional, calle San Lorenzo. 

El postgraffiti funciona también como un mecanismo por el que la persona afirma su individualidad en un entorno urbano que tiende a diluirla. Esta expresión hace visible la tensión entre el individuo y la ciudad, haciendo consciente al espectador de su capacidad de palabra y acción. Es una practica artística que pretende hacer participes a los ciudadanos en los asuntos públicos a través del uso del espacio público como soporte comunicativo. Por esta razón, consideramos que Marcos Corvalán es un ejemplo de como el arte puede adaptarse a nuevos formatos y dialogar con la gente, sin pasar por requerimientos laboriosos para ser considerado como "arte" y aun así, despertar sensaciones en los transeúntes. 

la firma "logotipo" del artista, un icono que se repite en sus piezas



Redacción e idea: Indiana Got

Bibliografía consultada:

- Abarca Sanchís, F. J. (2010). El postgraffiti, su escenario y sus raíces: graffiti, punk, skate y contrapublicidad (Doctoral dissertation, Universidad Complutense de Madrid, Servicio de Publicaciones).

- Nota en Diario Norte. recuperado de: https://www.diarionorte.com/article/187984/marcos-corvalan-el-artista-que-regala-su-arte-a-las-paredes-de-resistencia-

- Imágenes de Jorge Flores, http://www.eldiariodelaregion.com.ar/